Mairerisu Saitoh le gusta que le sacudan los pezones así

Desde que conocí a mi exnovio hace algunos meses en la universidad, aprendimos como complacernos, aunque esperaba algo más de él, tenía mis propias aficiones sexuales, sin embargo, él sabía complacerme. Lo que me hizo la otra vez, me encantó, él ya se había deleitado con mis tetas anteriormente, hasta me hizo sudar frío, que rico.

Pero en esos 5 meses de relación abierta, tuvimos experiencias relativamente intensas, por lo menos para mí.

De alguna y otra manera, vivir experiencias con él fue algo excitante en mi corta experiencia, fue todo un redescubrimiento.

Antes de él, tuve otros novios cuando estudiaba en la escuela, pero las experiencias sexuales eran algo cándidas por no decirlo de otra manera. No llegaban más allá que solo besos, caricias, etc.

Luego de disfrutar un día en su casa por primera vez, y vivir una experiencia sexual intensa, una segunda experiencia valía la pena, en esta nueva oportunidad sucedió en la calle, al aire libre, llena de persona, pero nadie podía darse cuenta de nuestras travesuras.

Salimos a una hermosa playa lejos de la universidad, había muchos negocios por doquier como venta de ropas, joyería, restaurantes, cafés y licorería de lujo, estábamos a 30 metros del nivel del mar, era un barranco con miradores y desde ahí se veía el hermoso mar, tanto los miradores como las tiendas estaban separadas por una pista principal de mucho tránsito.

Los barandales se colocaban casi al borde del precipicio del barranco para poder disfrutar del mar en todo su esplendor, era hermoso.

Me apoyé en los barandales del mirador con mis brazos cruzados, quería sentir la brisa del mar, luego él me abrazó desde mi espalda y comenzamos a contemplar una isla a lo lejos, me encantaba como los sonidos del océano reducían tremendamente mi estrés y la de él.

Había algo de actividad y mucha gente también disfrutaba de la puesta del sol en el mismo mirador donde nos encontrábamos nosotros, el mirador era grande, semicircular y muy espacioso, entraban un promedio de 15 personas separadas de 2 a 3 metros, a lo largo del barranco se podía contabilizar un promedio de 10 miradores.

Era muy agradable ver como cada vez se hacía más oscuro la noche, detrás de nosotros se ubicaban las tiendas a una distancia de 100 metros, había una intensa luz que iluminada la espalda de mi exnovio desde esas tiendas, pero desde mi ubicación frontal hacia el mar, todo era oscuro, se puso tan oscuro que no podía verse mi cara ni la de él, la oscuridad del mar era abrumador.

Él me tenía abrazada desde mi espalda, y sus manos estaban a la altura de mis pechos, el barandal era alto y podía descansar sus brazos y comenzó las travesuras.

Inició acariciando con sus manos sobre mi blusa y sostén, intentaba buscar mis pezones, sus caricias me calentaban, pero era difícil para él ubicar mis pezones, mi sostén era relativamente grueso y no podía localizarlos.

Entonces decidió realizar lo siguiente, mi sostén no estaban tan apretados y comenzó a retirarlos, lo acomodó debajo de mis tetas, yo me movía de tal manera para que él pueda retirar mi sostén con mayor facilidad y tener expuestas mis tetas.

Como el mar era totalmente oscuro, apenas se podían verse mis tatas, de hecho, era imposible verlas, los focos de muchos de los negocios lograban, alumbraban solo su espalda de mi exnovio. Las personas que nos rodeaban solo veían a una parejita abrazándose y disfrutando de la brisa del mar en compañía de otras personas que también disfrutaban en este mirador.

Él intentó acomodar mi sostén de tal manera que mis tetas estén sobre ellas, ya que el barandal era algo frío, y mucho más si estamos cerca al mar. Lo importante era que él pudo tocar mis redondas tetas, y los acariciaba, yo estaba excitada y solo quería más. Comenzó hacer algo que me encantaba.

Tomó mis ricos y erectos pezones para luego comenzar a tirar bien de ellos, luego comenzó a sacudir mis pezones con las yemas de sus dedos de arriba abajo y muy rápidamente. Comencé a excitarme como no tienen idea y él sintió mi respiración tambalearse como si tuviera frío.

A medida que él sacudía mis pezones de arriba abajo, comencé a excitarme más mientras hacía presión con mis piernas con las columnas del barandal sobre mi vagina.

Mientras él manipulaba mis pezones, me di cuenta de lo que me encantaba con respecto a mis tetas, era la manera como él me sacudía mis pezones, no era tanto presionar mis tetas, tampoco que me chupen los pezones o estiren como chicle, sino que lo sacudan como campanita.

Pero vayamos en orden, lo primero, las sacudidas de pezones es mi preferida, y lo segundo son las estiradas de pezones, pero me encantaban que me estirasen los pezones hacia arriba. Mi exnovio le cantaba que mis pezones miren hacia el cielo, que mis pezones apunten hacia arriba, ya que las tetas con pezones algo hacia arriba tenía cierta estética sexual para él, bueno, para los dos.

Entonces cuando los sacudía, luego los estiraba hacia arriba, la verdad que me encantaba que haga eso, pero ya no podía más, y quería correrme en ese mismo momento.

Como la excitación estaba a flor de piel, le dije que sacudiera mis pezones continúa y rápidamente. Tenía ganas de correrme de una vez. Él comenzó a estirarlos y sacudirlos más seguido, mis pezones estaban hipersensibles hasta que en un momento lo estiró un poco más de lo que mis pezones resistían y casi hago un grito, pero me contuve, obvio, tenía que aguantar los gemidos porque estamos en un espacio público.

En ese momento él me dijo que intente ver mis tetas, apenas con la poca luz de la oscuridad de la noche, pude ver dos tremendos conos estirados relativamente hacia arriba, mis tetas eran tan largas como nunca las había visto, le dije que suelte mis pezones porque, sino mis tetas se quedaran en forma de cono, pero me dijo “¿te encanta ver tus tetas así?”, le dije que me excitaba ver como estirabas mis tetas en esta forma, y comenzó a sacudir mis pezones superestirados y le dije que me suelte porque me dolía (me gustaba).

Él me dijo que no quería soltarlo hasta que me corra de una vez, es aquí donde viene el tercer punto de excitación, lo siguiente que me comenzó a gustar es la negación al decir que no cuando es una forma de decir que sí, además cuando le negaba, le decía con una voz de placer muy contenida. Tanto fue la sacudida que mi cara comenzó también a sacudirse y yo gemía en silencio.

No aguanté esas deliciosas sacudidas y estirones salvajes en mis ricos y erectos pezones. En ese momento agaché mi cabeza un poco, gimiendo en silencio, sentí como mis fluidos ya estaban por salir y me corrí, en ese momento salieron todos mis jugos en mi interior gimiendo de manera contenida, simplemente fue espectacular.

Finalicé acariciando mi espalda sobre su pecho y relajando las tensiones de mi cuerpo, luego me dio unos azotes a mis tetas, las acarició, las apretó y luego puso mi sostén en su sitio. Simplemente, nos largamos del lugar muy contento, me acompaño hasta un paradero de mi autobús para dirigirme a mi casa, nos despedimos extasiados.

Desde ese día, cuando me voy a la ducha y a veces comienzo a sacudir mis pezones para lograr cierto nivel de orgasmo, creo que conocerlo a él hizo que disfrute más de mi cuerpo, aunque me gusta más que me lo haga él.

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Fin.